Vías rápidas de sangre, un sistema inmunitario que semeja un fornido guardaespaldas, huesos en constante reparación… el cuerpo humano es una obra maestra de diseño.
Me encontraba ante 250 rostros jóvenes en un enorme auditorio circular. Iba a dar una conferencia de cardiología preventiva a los estudiantes de segundo año de medicina de la Universidad Estatal Wayne.